El abuelo de Manuel Rodríguez difícilmente habría imaginado que un desgraciado accidente, capaz de arruinar su negocio, se convertiría en la llave del éxito de su futuro profesional y el de toda su familia. Trabajaba como pescador en la costa gaditana de San Fernando a principios del siglo XX cuando un buque de la Armada alemana se hundió. El siniestro provocó la muerte de varios marineros y generó una aprehensión de los vecinos de Cádiz, que automáticamente dejaron de comer pescado.
Al ver que su negocio hacía aguas y sin saber muy bien cuándo volvería la calma, decidió cambiar el rumbo de su vida y emprender una nueva aventura. Como su padre formaba parte de un grupo de flamenco y él estaba familiarizado con este tipo de música, quiso probar suerte en la fabricación de guitarras españolas. Y la encontró. “Madrid es la cuna de la guitarra clásica, así que, un poco antes de que estallara la Guerra Civil en España, mi abuelo se mudó a la capital, concretamente al céntrico barrio de Lavapiés”, explica el tercer Manuel Rodríguez de esta generación de lutieres.
Así nació Guitarras Manuel Rodríguez and Sons, hace más de cien años, en un pequeño taller artesanal en el que el padre y el abuelo de Manuel perfeccionaban día a día la técnica de este oficio. Por el año 1955, un profesor de la Universidad de Los Ángeles que paseaba por Madrid se acercó al padre de nuestro protagonista y le dijo que tenía que marcharse a Estados Unidos porque allí no había guitarreros. Al parecer, la industria de Hollywood necesitaba este tipo de instrumentos y no sabía dónde encontrarlos. “Mi padre se casó con mi madre y, sin saber inglés, con apenas cien dólares, un par de herramientas y unas maderas se fue para allá”.
Estuvieron en Estados Unidos 18 años y los hijos de este matrimonio, Manuel y su hermano, continuaron con el negocio familiar. En la década de los 70, Japón empezó a fabricar guitarras y dada la fuerte competencia, los lutieres volvieron a España. Curiosamente, el regreso a su país de origen impulsó la actividad internacional de la empresa, que actualmente exporta el 90 % de su producción y llega a 120 países.
Desde sus comienzos, Guitarras Manuel Rodríguez and Sons apostó por la exportación de sus productos y, por eso, son considerados pioneros en esta actividad. “En los años 40 empezamos a comercializar fuera nuestras guitarras. Franco nos daba una importante prima por exportar”. Los primeros mercados fueron Japón, Estados Unidos, Canadá y México. Hoy, las exportaciones se acercan a los 2,7 millones de euros (2011) y, junto a estos destinos iniciales, los principales en la actualidad son Chile, Colombia, Brasil y Costa Rica. “Europa está bajando en general por la crisis, pero Latinoamérica y Asia crecen. Hoy en día, o exportas o te hundes como el Titanic”.
Además de la fábrica de Esquivias (Toledo), con 10.000 metros cuadrados, 25 lutieres y plantas solares que permiten que la producción se lleve a cabo de forma ecológica, la empresa también está implantada en China desde hace diez años, donde ya hay 45 trabajadores. “Tuvimos que irnos para allá porque empezaban a destacar en el negocio y era necesario que firmáramos una especie de pacto”. La producción más económica de guitarras se lleva a cabo en China (unas 13.000 unidades), mientras que la media-alta se realiza en España (unas 7.000).
Muchas de estas guitarras han dado la vuelta al mundo gracias a músicos de la talla de Elton John, Carlos Santana, Jimmy Carter, Ricky Martin o Miguel Bosé. También están presentes en concursos televisivos de éxito, como La Voz, y en los escenarios de los conciertos más vistos en España. “La mayoría de los guitarristas de los músicos españoles tienen una Manuel Rodríguez. Trabajamos con los de Rosana, de David Bisbal y de muchos otros”, asegura el lutier.
No obstante, Manuel lamenta la sensación del profeta, que nunca lo es en su tierra: se les quiere más fuera que dentro de España. “Aquí es triste, pero tenemos una imagen chabacana. Yo voy a un banco a pedir un préstamo y es tal el desconocimiento que me preguntan si se puede vivir de esto”. Y claro que se puede. Durante una subasta benéfica vendieron una guitarra por 100.000 dólares y muchos de los encargos personales que reciben cuestan 20.000 porque son instrumentos fabricados con maderas que ya no existen y que ellos importaron hace mucho tiempo desde Brasil.
El último proyecto de esta firma toledana es construir guitarras ecológicas utilizando maderas FSC que garantizan la reforestación de los bosques. Aunque Manuel tiene un objetivo más para el futuro cercano: que los españoles conozcan su cultura y aprendan a valorar a la guitarra española como se merece.
Aquí puedes ver uno de los últimos programas de El Exportador, en el que participó Manuel Rodríguez:
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