El comercio exterior avanza en España. Sea como bote salvavidas ante la crisis o como estrategia pospuesta durante los años buenos, las exportaciones españolas crecieron un 15,5% el año pasado y encaran 2012 también con buenos pronósticos. Este repunte ha permitido que se alcancen hitos, como que las ventas de alimentos superen a las de automóviles por primera vez en la historia –fruto del crecimiento de las primeras y de la incapacidad de remontar de las segundas- o que España haya registrado superávit comercial con la Unión Europea.
Así lo anunciaba recientemente el secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, en el marco de las jornadas sobre “Exportar para crecer” en Promomadrid. “Es muy positivo pero tenemos que seguir”, aseguraba en relación a la balanza positiva con la UE. Las perspectivas apuntan a que este cambio generalice el próximo año y España se convierta de hecho en un país exportador. Además, durante 2011, nuestro país experimentó una reducción del déficit por cuenta corriente desde el 10% al 3,5%, y en gran medida se debió al negocio internacional. “Es un resultado excelente pero no hay que engañarse por este espejismo”, apuntó el secretario de Estado de Comercio, porque, entre otras razones, seguimos necesitando fuertes inyecciones de crédito, nuestro “gran talón de Aquiles”.
Sin embargo, la radiografía del sector exterior español refleja determinadas debilidades que, en el caso de no reducirse, podrían lastrar su desarrollo en los próximos ejercicios. García-Legaz destacó entre ellas el bajo censo de compañías que tienen actividad internacional y que lo hacen con regularidad: “Aunque crecen, todavía hay muy pocas empresas que exportan en relación con nuestros objetivos”. Actualmente, 120.000 firmas venden al extranjero pero solo un tercio (40.000) puede considerarse que lo hacen regularmente y del volumen de negocio total (214.000 millones de euros), un tercio corresponde a 50 empresas, según detalló el responsable del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio.
Relacionado con esto también existe una elevada “tasa de mortalidad” de los negocios con ingresos internacionales. El índice llega al 96%, de forma que de las empresas que vendían al exterior en 2011 “solo permanece entre un 3% y un 4% en la actualidad”.
Otro factor de riesgo es la “excesiva concentración en el mercado europeo”, lo que provoca una dependencia de países como Alemania, Francia o Portugal en un momento de extremada inestabilidad política, institucional y económica. Esta situación ya ha tenido una repercusión negativa durante las primeras semanas de 2012, en las que los resultados han sido “menos buenos” precisamente por la caída del comercio intracomunitario debido a la crisis.
Para contrarrestar este efecto, el Gobierno está intensificando las relaciones comerciales con Latinoamérica, especialmente con los nuevos mercados que crecen a ritmos que llegan al 7 y 8% anual, que se abren al negocio internacional y que tienen un alto interés en España. Entre ellos, García-Legaz hizo hincapié en Perú, Chile, Colombia, Brasil o México. “Con estos mercados, no solo tenemos una ventaja competitiva, sino también instrumentos nuevos” que facilitan los intercambios de productos y servicios, como son los tratados de libre comercio que entrarán en vigor este año con Perú y Colombia.
Finalmente, de forma más general, un aspecto determinante para mantener los buenos ratios de 2011 será la capacidad de España para “recuperar la competitividad perdida”. “Da igual los programas –de estímulo internacional- que pongamos en marcha si no lo hacemos acompañados principalmente por tres reformas: laboral, energética y financiera”.
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