Por Gerardo Morante, socio de Zapakondi y colaborador de nuestro panel de expertos
India vive un momento en el que los logros académicos para acceder a un curso universitario o un máster que permite asegurarse un buen futuro tienen en vilo a todos los jóvenes y a sus padres. Es tan importante a nivel estatal que los periódicos ocupan diariamente dos de sus principales páginas con información sobre resultados académicos, acceso a universidades, cursos sobre ingeniería, económicas…
Aquí, todos son conscientes del buen momento que vive el país y su capacidad de crecimiento. Por eso, los indios buscan incorporarse a empresas de éxito para llegar a ser altos ejecutivos. Hay tanta competencia que algunos de ellos optan por el suicidio cuando no logran los resultados esperados por el entorno familiar. La presión social es muy intensa, de ahí que la gente salga muy preparada.
Principalmente hay dos modelos de estudio: el Central Board of Secundary Studies (CBSE) y el Indian Certificate of Secundary Education (ICSE). El primero está más adaptado a la internacionalización y homologación para poder continuar los estudios en el extranjero, mientras que el segundo se centra más en una educación estatal y nacional.
La mayoría de colegios privados tienen implantado el modelo CBSE, que ofrece la posibilidad de estudiar idiomas extranjeros. Antiguamente, además del Sánscrito, se daba a elegir entre japonés y francés. No obstante, desde hace un par de años, el español (junto al mandarín) está entrando con fuerza en el modelo educativo y también en otros ámbitos cotidianos. Desde el año pasado, uno de los idiomas optativos para los niños desde 4º es el español. A mi hijo le han dado para elegir entre estudiar español y francés.
Éste es un buen momento para que profesores de español manden su currículum a los mejores colegios privados en India, e incluso a universidades y academias. Muchos de los profesores de español son indios y, aunque están muy preparados, siempre comenten algún fallo en gramática y alguna otra cosilla. Además, el tener un profesor nativo da prestigio al colegio, que va a recibir más solicitudes. Los cursos escolares son distintos que en España. No se empieza en septiembre, sino en marzo o abril. Se hace un parón largo desde mayo hasta lulio, por el calor excesivo, y se suele terminar en febrero.
Parecerá broma, pero hace unos dos años salió una película de Bollywood que se llamaba “Zindagi Na Milegi Dobara”. Fue rodada en España con unos de los actores y actrices más famosos del país, Hrithik Roshan y Katrina Kaif. En ella salían festivales populares como la ´tomatina´ y, la verdad, ha puesto en el mapa de India a España y su cultura.
Aparte de los colegios, en otros ámbitos, como los corporativos, también se ha visto un incremento en la gente que necesita el español para el trabajo y los negocios. Se han incrementado mucho las relaciones económicas con Sudamérica y el español está convirtiéndose, poco a poco, en un idioma imprescindible en el currículum personal.
La institución de español que más tiempo lleva instaurada en India es el Instituto Hispania, fundado por una mujer española que lleva más de 25 años en el país. El Instituto Cervantes llegó hace unos ocho años y ha crecido mucho el número de estudiantes en los últimos tiempos. La gente está pagando entre 150 y 200 euros por cursillos intensivos de dos meses para aprender español básico. Es fácil reclutar grupos de entre 10 y 15 personas y es muy gratificante, no sólo económicamente sino también a modo personal, poder enseñar un idioma y una cultura en una sociedad distinta.
Lo dicho: hay que aprovechar el momento de auge de nuestro idioma y venir a enseñarlo de forma individual, o montando una academia con ramificaciones en todo el país, para estudiantes o empresas, que están pagando a sus empleados los cursillos.
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