Los churros nos acompañan después de una noche de fiesta, en las mañanas de domingo o con un buen chocolate caliente en pleno invierno. Ahora la nueva misión de esta irresistible masa frita consiste en conquistar los paladares de Nueva York de la mano de Elena Madariaga, una abogada española afincada en la Gran Manzana desde 1994. Tras varios veranos regresando a España para visitar a su familia y amigos, decidió dar un giro de 180 grados a su carrera profesional y montar un negocio de churros en Manhattan.
Así surgió hace tres años LeChurro, ubicado en el corazón de Nueva York. “Es una ciudad donde se valora mucho la comida internacional y donde los productos elaborados de modo artesanal, como los churros, tienen una gran aceptación”, afirma Marta Madariaga, community manager y relaciones públicas de la empresa. Además, se trata de un producto muy típico de España “que ya es conocido” en Estados Unidos, aunque, según reconoce, hasta ahora los más populares “son las versiones del churro tradicional español procedentes de Latinoamérica”.
LeChurro aprovecha este conocimiento del producto, pero rescata la receta original, que es española del siglo XIX –catalana, concretamente-, y emplea los mismos ingredientes y método de elaboración que actualmente en España: “Nos gusta promocionar nuestro producto como un alimento artesanal arraigado en las costumbres españolas desde hace siglos”. Otro aliado a la hora de darse a conocer han sido las redes sociales, claves para la promoción de cualquier producto.
Con su experiencia, han constatado que “aunque la competencia puede ser abrumadora, cualquier empresa española innovadora, competitiva y con un proyecto sólido, puede hacerse un hueco en este difícil mercado”. Marta destaca que “Nueva York es una ciudad siempre abierta a nuevas propuestas llegadas de otros países”. Además, al abrir un comercio en EEUU los trámites se realizan con más agilidad que en España y los horarios comerciales en NY son más amplios. Estas ventajas de la Gran Manzana también pueden convertirse en una ‘trampa’ para el negocio: “Al ser una ciudad que no descansa nunca puede resultar dura para el pequeño empresario español que se decide a emprender”.
Después de tres años al pie del cañón, el objetivo inmediato de LeChurro es afianzar el crecimiento de su primer local, situado en Lexington Avenue, antes de abrir otros espacios gastronómicos. Sus próximos destinos son “nuevas ciudades de Estados Unidos y Asia, donde ya existe una demanda importante de churros”.
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