“Con mucha ilusión, con los ojos cerrados y a donde haga falta”. Esta es la filosofía con la que Carla Llamas afronta su futuro inmediato que la llevará fuera de España. Después del Día de Reyes, estará viviendo en Munich y trabajando en una tienda de la firma catalana Mango.
El panorama que afrontaba el pasado abril, cuando comenzó su búsqueda laboral, era el siguiente: Licenciada en Periodismo, con un máster y experiencia pero sin muchas perspectivas de encontrar trabajo. En diciembre, a través del tablón de empleo Mundo Spanish, conoció el proceso de selección de personal organizado por la multinacional para Alemania. Apenas unos días después y tras acudir a las entrevistas, era seleccionada para trabajar en el país germano. “Sigo haciéndome a la idea”, reconoce nerviosa ante el cambio que se avecina. Salir de España siempre fue una opción para esta barcelonesa de 24 años, pero ha terminado siendo una obligación: “No queda más remedio porque aquí la situación está muy mal y hay que hacerlo (…), pero tienes que ser positivo, ponerle muchas ganas y para adelante”.
Sabe que su situación recuerda a la de miles de jóvenes españoles que cada día pierden la esperanza de encontrar empleo dentro de nuestras fronteras y otean fuera de ellas. Así que la inquietud de dar este enorme paso se mitiga cuando recuerda que, aunque repentino, “se trata de una buena oportunidad”. “Siento que me ha elegido el trabajo a mí y no yo al trabajo, pero es lo que hay. Es la puerta de entrada al país, para adquirir el idioma y para salir de España”.
Aún está en casa pero los pocos días que le quedan para su marcha parecen un suspiro y toca ultimar los preparativos. Mango ya le ha explicado los pasos que debe seguir al aterrizar en tierras de Merkel: empadronarse, abrirse una cuenta bancaria, hacerse con un teléfono… Pero la mayor preocupación de Carla es encontrar su nuevo hogar. “En Munich no hay muchos pisos, están muy demandados y son caros… Mi intención es vivir sola, pero si el precio me obliga a compartir, se comparte”. Por ahora, durante sus primeros pasos en Alemania se quedará en un albergue mientras busca un piso al que trasladarse. Otra de sus intenciones es ir relatando su experiencia como expatriada en su blog personal, La Maleta de Carla, como muchas otras bitácoras ya están haciendo.
Se une así a los casi 3.000 españoles que se expatrian mensualmente y su futuro cada vez está más desligado al del país. “Volver a España lo veo difícil; una vez echas el vuelo dar marcha atrás es complicado”. Carla se va por un tiempo indefinido, con un contrato de seis meses pero sin intención de regresar después. Menos volver, todas las opciones son bienvenidas. “Como posible destino, EEUU siempre me ha gustado, pero la cosa allí tampoco está mucho mejor… ¡Sinceramente no sé dónde me va a llevar el viento después de Munich! Pero una vez ya fuera, ¿para qué vas a volver?”. Y es que tiene claro el consejo que daría a los jóvenes que están pensando en unirse a la oleada de expatriados: “Que se vayan. Sobre todo dependiendo del sector, como el mío, por ejemplo, que está fatal. Mi consejo es que aprendan un segundo o tercer idioma, que cojan las maletas y a sumar experiencias”.
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