Alemania estudia limitar el acceso de los inmigrantes europeos a las prestaciones sociales y los permisos de residencia en el país mientras se busca empleo. El objetivo, según el ministro del Interior, Thomas de Mazière, es evitar el fraude, ante el miedo a un aumento importante de inmigrantes rumanos y búlgaros, pero estas medidas afectarían a todos los extranjeros comunitarios, incluidos los españoles.
Esta propuesta planteada por el Gobierno de Angela Merkel se fundamenta en un informe redactado por un grupo de trabajo que ha estudiado el actual marco legal y que contempla medidas para poder expulsar a partir de los tres meses a ciudadanos de otros Estados miembros que no cuenten con recursos para mantenerse, algo que ya aplica Bélgica y se basa en la trasposición nacional de una directiva comunitaria. Todas estas normas, por lo tanto, respetarían la legislación de la UE, aunque la decisión definitiva se prevé presentar en junio.
Los objetivos más destacados son prohibir temporalmente el reingreso en el país a quienes hayan cometido fraude o abuso (utilización de documentos falsos), la concesión de permisos limitados de residencia -de entre tres y seis meses- para la búsqueda de empleo, la expulsión de inmigrantes que permanezcan seis meses en el país sin trabajar ni tener ninguna actividad profesional o estudiantil reconocida, y hasta castigar penalmente el fraude para lograr papeles. Además pretenden endurecer los requisitos para acceder a ciertas prestaciones, como las que se conceden por los hijos a cargo, para evitar que los inmigrantes las soliciten para familiares que no están realmente residiendo en Alemania.
Alemania y la inmigración
El informe se centra en el posible impacto que puede tener en Alemania la apertura de fronteras a los ciudadanos búlgaros y rumanos, que desde el 1 de enero no necesitan un contrato de trabajo para entrar en el país. El número de rumanos (205.026) y búlgaros (118.759) es aún inferior al de otras nacionalidades comunitarias, como polacos (532.375), italianos (529.417) o griegos (298.254), pero el ministro del Interior destacó el importante incremento que se ha registrado. El informe subraya que entre 2012 y 2014 la llegada de inmigrantes búlgaros y rumanos subió un 414,5%.
La española fue, según los datos del estudio, la séptima nacionalidad entre los más de 623.000 inmigrantes que recibió Alemania en 2012, tras polacos, rumanos, búlgaros, húngaros, italiano y griegos. También, según este mismo estudio, en 2012 residían en Alemania 120.231 españoles, un 11 % más que en 2004. En términos de movimientos entre ambos países, el flujo de inmigración española subió un 206,6% entre 2004 y 2012, año en el que se calcula que entraron en el país 23.345 ciudadanos españoles.
¿Campaña electoral?
Por ahora este informe es solo una propuesta y hay quien se pregunta si este planteamiento se llevará a término. Como señala un artículo del diario alemán Spiegel, las elecciones europeas están a la vuelta de la esquina y estas medidas para expulsar a los extranjeros que puedan representar una carga para el sistema social alemán parecen encaminadas a congraciarse con los democristianos de Baviera, la CSU. Este partido, hermano de la CDU de Merkel, es la principal fuerza política de la región alemana y miembro también de la coalición actual.
El pasado enero, al producirse el levantamiento de las restricciones a búlgaros y rumanos, este mismo partido propuso medidas para poner coto al acceso de los futuros inmigrantes a las ayudas para evitar lo que consideran un “fraude a las prestaciones sociales”. Sin embargo, como remarca el artículo, sólo 44.000 ciudadanos de Rumanía y Bulgaria recibían en 2013 la prestación Arbeitslosengeld II, una de las más importantes y también conocida como Hartz IV. Por tanto, estos inmigrantes representan tan solo el 0,7% de los beneficiados por la ayuda y el artículo se pregunta cuánto puede estar suponiendo esto realmente para las arcas públicas sumando incluso los extras por tener niños a cargo.
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